Todos los edificios arquitectónicos son construidos para unas necesidades específicas, que definirán su función. Esta determina su estructura porque su distribución interna debe ajustarse al desarrollo de las necesidades para las que se creo, aunque tamién puede tener otras motivaciones, ya sean políticas, religiosas, de prestigio; al margen de su función.
Para su construcción se necesitan determinados materiales, que suelen proceder del entorno geográfico donde se construye. Suelen ser:
- Madera (edificios construidos totalmente en madera o elementos arquitectónicos de madera).
- Arcilla (adobe, barro, ladrillo, elementos cerámicos...)
- Piedra. Suele tener distintas formas como: Mampostería: Piedras irregulares; Sillarejo: mezcla entre mampostería y sillar regular; Sillares: piedras talladas de forma regular. Suelen tener composición de caliza, arenisca, granito, mármol...
- Metal: acero o aluminio.
- Vidrio.
- Cemento, cal...
Elementos Arquitectónicos: Son importantes, ya que el edificio es el resultado de la organización de ciertos materiales en soporte y cubierta. La tipología de los edificios se determinan por su función, sus materiales, sus formas y sus tamaños, que pueden ser chozas, templos, casas, palacios, castillos...
Partes de un edificio:
Planta: Es la distribución espacial de un edificio, también refleja las funciones de las distintas partes del edificio.
Alzado: Constituido por los elementos constructivos que se dividen en:
Elementos sustentantes (soporte o pared):
- Columnas
- Pilares
- Pilastras
- Muro
- Contrafuertes
- Columnas adosadas
Elementos sostenidos (cubierta, techo y tejado):
- Dinteles
- Arcos
- Bóvedas
- Cúpulas
- Tejados (planos, a dos aguas...)
También suelen estar ornamentados con esculturas, vidrieras... y el estilo suele concordar con las características comunes de una época o de un artista.
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